domingo, 29 de julio de 2007

AL NIÑO DIEGO FERNANDO CAÑAS

Por Roberto Bustamante Vélez

Ahí, tus tres amores lloraron por tu ausencia:
Tu familia, tus amigos y el juego escaqueado.
El tónico de vida fugaz se fue muy lejos
A coronar peones o acariciar trebejos.

La dama del tablero, cual símil de la vida,
Te acompañó nostálgica.
Era era tu madre.
Y el monarca, tu padre.
Tu hermano, un alfil
Que expectante miraba el desenlace.

A ti, como a todos los niños del planeta,
Te dedicamos ese poema inmenso:
“A todos los niños que juegan ajedrez”

Permaneciste poco en el camino de la vida,
La perdiste muy pronto como en las aperturas,
Pero perenne quedará tu recuerdo.

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