sábado, 4 de agosto de 2007

Sueños

Los sueños son profundidades incomprensibles
pero acertados y ciertos en nuestra memoria.
Inconclusos, desgarradores, placenteros,
y algunos nos llevan hasta el orgasmo.

Como reflejo propio de mi existencia.
Ellos, entran en el mundo bicolor del ajedrez.
Mis sueños en blanco y negro, con cada pieza deformándose,
transformándose en mis fantasías incomprendidas.

Al saber que llega la noche,
visualizo mi tablero de ajedrez en el cerebro.
Las piezas se acomodan en fracciones de segundo,
juego mil partidas en estos interminables infinitos segundos de sueño.

Descomunales imágenes absorben mi consciente.
Mi biblioteca ajedrecística mental se alimenta
en la pantalla de mi mente.
Como en el sueno, encuentro las soluciones a mi juego.

En mis partidas reales brotan,
fluyen en la cascada de mi intuición.
¡Qué grandioso mundo aplicable! el de los sueños,
a mi elemental realidad.

Lo complejo se vuelve fácil en la inconsciente lucidez
que todos llevamos en los sueños.
El ajedrez, el juego profundo que todo hombre tiene en su ser,
está en los sueños. Y va al derecho y al revés.

Hoy, a veces, conscientizo en el transcurso del día,
el instinto que me aflora y resuelve mis acciones cotidianas.
Pero regreso a los sueños diarios, en mi ajedrez nocturno.
Así caminare jugando… hasta morir.


Retener la variante de una jugada,
es como saber el camino hacia donde nos conduce
el peón aislado

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