Soraya Juncal
Nació el Ajedrez en una cuna
de brocados, de rasos y de tules.
En reales cojines lo meció la luna
y siempre caminó entre rosas y abedules.
Es el rey de los juegos y es de reyes,
el juego preferido:
un diamante que se oculta entre los pliegues
de un sufrimiento fenecido.
El Ajedrez: tema infinito y discutido.
Se lo disputan los grandes de la Tierra
y los que apenas lo hemos conocido.
Sissa, el inventor, pidió al rey necio,
cuentan las historias que he leído,
dieciocho trillones de trigo por su precio.
miércoles, 20 de junio de 2007
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