Por Jorge Luis Borges
Es evidente que su padre lo introdujo tanto en la filosofía como en el ajedrez.
En el prólogo a "El oro de los tigres", 1972, dice:
"Mi lector notará en algunas páginas la preocupación filosófica. Fue mía desde niño, cuando mi padre me reveló, con ayuda del tablero del ajedrez (que era, lo recuerdo, de cedro) la
carrera de Aquiles y la tortuga".
sábado, 7 de julio de 2007
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